Uso de humidificadores y medidores de temperatura
Un lugar público y cerrado como un gimnasio debe estar provisto con los mejores elementos para trabajar, además de contar con un ambiente cómodo para la realización de nuestras rutinas. Un lugar como este sin la adecuada ventilación, temperatura o control de humedad, simple y sencillamente podría llegar a ocasionarnos algunas molestias.
Por la naturaleza de estos recintos, es normal que imperen las altas temperaturas, y eso va variando de acuerdo al tamaño del gimnasio. Esto se puede ver desde dos puntos de vista.
Primero: si el recinto es pequeño, podría significar que el control de la temperatura y humedad sería más sencillo, a que si un gimnasio fuese muy grande, ya que se podría pensar que es más complicado mantener un nivel de confort por igual en todas las áreas.
Segundo: Si el lugar es pequeño, se es probable que se llegara a aglomerar una cantidad importante de personas durante una hora determinada del día, causando un repentino crecimiento de temperatura y humedad, con lo cual sería algo difícil mantener una condición térmica por debajo de lo que se requiere, haciendo aún más incómodo el estar ahí; en cambio si el lugar es más grande, entonces se supondría que el espacio es más vasto y que la circulación del aire es el ideal.
Todo se resume a cómo está emplazado el gimnasio y qué elementos utiliza para lograr que los clientes estén a gusto realizando sus ejercicios. Está claro que las temperaturas extremas deben ser evitadas a toda costa, para que la deshidratación no sea un factor desfavorable para cualquier persona.
El uso de medidores de temperatura y humedad podrán darnos una idea de cuál es la condición higrométrica de nuestro gimnasio, para así poder alterar los niveles, mediante el uso de ventiladores, climatización o por el simple trabajo de la ventilación natural. Los humidificadores pueden ser de gran ayuda para lograr las condiciones necesarias que el humano necesita en este tipo de lugares y así remover cualquier posibilidad de deshidratación, por más pequeña que sea.
Las consideraciones se incrementan en importancia al tener la presencia de niños o mujeres embarazadas, este tipo de personas pierden con más facilidad los líquidos de su cuerpo, pero por otro lado, las personas de tercera edad podrían llegar a necesitar de un poco más de calor, para que sus articulaciones durante el ejercicio no se enfríen por la deficiente circulación sanguínea que podrían llegar a tener.
La revista “Iron Man” es una editorial que está dedicada a escribir artículos acerca del fisicoconstructivismo y fitness y trata de recalcar siempre lo importante que es el precalentamiento de los músculos para que éstos no sufran posibles lesiones mientras se ejecutan ejercicios más intensos. Asimismo aconseja que una habitación con este tipo de aparatos o gimnasio cuente con una temperatura de 21 grados centígrados, ni más ni menos.
La Asociación Internacional de Fitness recomienda temperaturas diferentes según el área de ejercicio, es decir, que un área que cuente con aparatos aeróbicos, de cardio, pesas y pilates tenga una temperatura de entre 21 y 26 grados centígrados. Mientras que los espacios donde se practique el yoga esté alrededor de los 18 grados, igualmente los lugares cercanos a las piscinas tengan una temperatura alrededor de los 23 grados Celsius. Según la misma asociación, todos los espacios antes mencionados tienen que tener una humedad relativa en su ambiente de al menos del 40%, siendo el 60% el tope máximo.
En un ambiente laboral normal, las instituciones de salud laboral recomiendan una temperatura de 20 °C con niveles de humedad de entre el 20% y el 60%. Sabiendo que el gimnasio no es un lugar de trabajo común, sino que demanda otro tipo de ambiente, al final de cuentas los niveles de humedad y temperatura quedan a consideración de los profesionales que laboran ahí, siempre tomando en cuenta la comodidad de la clientela.