Tratamientos naturales para tratar el ojo seco y la importancia de generar condiciones de humidificación
Existen condiciones médicas a los que los seres humanos nos tenemos que enfrentar diariamente, desde un simple catarro hasta condiciones provenientes de nuestra genética misma. En anteriores artículos hemos hablado de lo que significa el síndrome de Sjörgren para algunas personas y cómo tienen que lidiar con sus síntomas. Una de las ramificaciones para tal condición es la xeroftalmia o el síndrome de ojo seco. Es verdad que este tipo de afecciones se tienen que tratar con algún especialista médico, pero a veces no es suficiente, y aunque esa aseveración parezca increíble y suene desalentador, siempre habrá soluciones alternas que sean un complemento para el tratamiento de un síndrome como este.
El síndrome de ojo seco como se ha mencionado puede tener una causa central: la falta de segregación de lágrimas por glándulas en mal funcionamiento, sin embargo esta puede venir acompañada por otros factores, como estar constantemente en presencia de humo, ser sensible a los climas secos, por lesiones o hasta los mismos lentes de contacto. No se está sugiriendo que un humidificador sea una solución permanente para el problema, pero en definitiva sí convendría tener un clima más húmedo para contrarrestar la sequedad de un área determinada.
Otras causas que provocan el síndrome del ojo seco son las afecciones en el hígado, como la hepatitis o cirrosis. Asimismo las hormonas en el período de embarazo de una mujer es otro factor real, y esto se potenciará aún más por el uso de ciertos medicamentos que sin la debida prescripción, desencadenarán tal síndrome. Hablando de medicamentos, algunos antidepresivos, medicinas para alergias, para presión alta, diuréticos y ciertos calmantes se pueden convertir en catalizadores importantes para desarrollar estas condiciones. También la disminución de la vitamina A en nuestro sistema ayuda a generar el ojo seco, así como las exponerse a la luz solar, viento excesivo, condiciones climatológicas secas, exposición y uso de químicos, y demasiado uso del aire acondicionado.
Inmediatamente al tener este síndrome, los principales síntomas serán la visión borrosa, intolerancia a cualquier tipo de iluminación, dolor y ardor, sensación de tener las pupilas muy secas, aparición de un color rojizo entorno al ojo, sensaciones molestas de escozor y pensar que se ha entrado suciedad, también las lagañas se formarán.
Por lo regular los tratamientos para esta afección es el uso de gotas especiales y de no dar resultado, se recurre a la cirugía. Sin embargo como ya hemos mencionado, existen remedios caseros que pueden colaborar a la disminución de la enfermedad y si no, por lo menos de sus síntomas.
La infusión de manzanilla en un paño o en un gotero podrían ser una solución transitoria ideal; las compresas ayudarán a calmar un poco la irritación ocular indeseable. Asimismo la alimentación es clave para mantener una salud estable, y más aún combinadas con algunos suplementos como el omega 3 o el aceite de linaza. La alcachofa se ha demostrado que es eficiente para regular las glándulas de secreción de los ojos, el cardo mariano podría servir para el mismo propósito.
Antes dijimos que la ausencia de la vitamina A provoca en gran medida el ojo seco crónico, por ello es fundamental incluir esta vitamina en la dieta diaria, y de preferencia para todos los miembros de la familia. Igualmente los betacarotenos serían de gran utilidad para incluir en nuestros alimentos, éstos vienen en la zanahoria, pimiento rojo, tomate, espinacas, melocotón, fresas, entre otros.
Es trascendental tratar de evitar todo aquello que afecte a nuestros ojos, como el polen, el polvo, contaminantes, ambientes muy secos y otros causantes. En ese sentido se recomienda tener nuestro entorno lo más higiénico posible, con algún purificador de aire que mejore la calidad del mismo, incluso con algún dispositivo humidificante que regule el ambiente de sequedad que se pudiera presentar en nuestro hogar.