En la industria alimentaria, el control sobre las condiciones ambientales de las instalaciones en las que se realizan las actividades propias de la industria es de suma importancia y uno de los factores ambientales a los que se les presta mayor atención debido a la influencia que puede tener sobre distintos procesos es la humedad. Por ello, no resulta nada extraño que las instalaciones de plantas de producción de té, en granjas de producción avícola, en el cultivo de alimentos y su almacenamiento, en la preparación de bebidas y alimentos y en el enfriamiento de carnes, por mencionar tan sólo algunos ejemplos, cuenten con humidificadores, equipos que facilitan el proceso de control ambiental en diferentes tipos de entornos que así lo requieren.
Los equipos de humidificación están diseñados para incrementar el nivel de humedad relativa en el aire del espacio en que se instalen. Hoy en día es posible encontrar este tipo de aparatos en diferentes modelos, con potencia y mecanismos de funcionamiento que los hacen más o menos apropiados para instalarse en lugares específicos, pero en términos generales encontramos de tres tipos, los que funcionan por electrodos, los que operan por evaporación y los ultrasónicos. Para tener una idea general de cómo es que opera un humidificador podemos tomar como ejemplo el modo de funcionamiento de los nebulizadores de ambiente que lanzan al aire atomizaciones de agua que viaja suspendida y humecta el ambiente incrementando de esta manera el nivel de humedad de un espacio en función de la temperatura del mismo.
Específicamente en la industria alimentaria, el control en el nivel de humedad influye en los resultados que se obtienen en distintos procesos y por tanto en la calidad de los productos finales que se van a ofrecer a los consumidores. El parámetro de la humedad se encuentra estrechamente ligado a la temperatura y para garantizar la creación de las condiciones ambientales adecuadas además de humidificadores se hace uso de deshumidificadores y de ventiladores, los que pueden trabajar de manera conjunta para mejores resultados.
Los procesos industriales en el sector de alimentación en que el control de la humedad es de suma importancia son numerosos, pero especialmente en el almacenamiento y refrigeración de la carne es fundamental, pues si no se regula la cantidad de vapor de agua en el aire es posible que se presenten importantes pérdidas del producto debido a una mala refrigeración y a la pérdida de volumen por deshidratación. Lo anterior se debe a que una vez que la carne se obtiene del matadero se debe someter a un proceso de enfriamiento, el que naturalmente implica la pérdida de peso del producto por la pérdida de agua en sus fibras, sin embargo, si se controla adecuadamente la humedad en las cámaras de refrigeración, las pérdidas no serán muy grandes.
La pérdida de volumen en la carne se debe a la diferencia de temperatura del producto respecto a la temperatura de la cámara de refrigeración, pues la carne, para entrar en equilibrio con el ambiente, comienza a cederle su humedad. Por tanto, para evitar este problema se incrementa la humedad en el aire con un equipo de humidificación, lo que además de evitar que se pierda volumen del producto acelera su enfriamiento, lo que a su vez tiene ventajas para la conservación de la carne, ya que se inhibe oportunamente el desarrollo de los microorganismos responsables de su descomposición y al mismo tiempo, representa un menor gasto en la energía que se invierte para el enfriamiento de la carne.
En la conservación de frutas y verduras el uso de un humidificador también es de gran ayuda ya que permite que los alimentos no pierdan peso y se mantengan en mejores condiciones durante más tiempo. Las pérdidas que se pueden presentar en la conservación de frutas y verduras son mayores que las que se dan en la conservación de la carne, por lo que el control de humedad es crucial. Mientras la carne puede llegar a perder hasta un 4% de su peso total, las frutas y verduras pueden perder hasta el 20% de su peso si no cuentan con la humedad suficiente. La constitución de este tipo de alimentos es la que los hace más susceptibles a perder humedad, lo que afecta su presentación y por supuesto, su tiempo de vida, de ello que lo ideal sea que la cámara de refrigeración cuente con un nivel de humedad relativa equivalente al porcentaje de humedad de los alimentos que se almacenan en ella y que se mantenga una temperatura justo por encima del punto de congelamiento.
En los procesos de producción de quesos, té y galletas, el control de humedad es igual de importante pues evita que la materia prima se seque, quiebre y que pierda su color, sabor y aroma, es decir, un estricto control sobre las condiciones ambientales es fundamental para garantizar la calidad de los productos, lo que determina su aceptación por parte del consumidor. En el cultivo de ciertos alimentos, como las setas, en el almacenamiento de papas, en la producción de pan y de salchichas ahumadas el control de humedad también es de suma importancia, al igual que en las granjas de producción avícola, pues si no se mantienen ciertas condiciones ambientales el desarrollo de las aves se ve afectado, siendo el principal problema que, antes del momento de eclosión, el pollito se adhiera a la cáscara del huevo o a la membrana por falta de humedad en el ambiente, por lo que la instalación de humidificadores es altamente recomendado.