Los contaminantes que rodean además de dañar sistemáticamente el cuerpo humano, también poseen la habilidad de empeorar o despertar potenciales reacciones alérgicas en el sistema respiratorio. Hay distintos compuestos contaminantes que son de muy bajas concentraciones, por lo que muchas veces los hacen indetectables para sistemas de depuración. Además, estos mismos tendrían la capacidad de combinarse con otras masas particuladas importantes, haciendo esa aglomeración aún más peligrosa para la salud humana.
En ese sentido, es trascendental hacer uso consciente del nebulizador industrial, para garantizar el aire puro respirable. Como ejemplo, están los elementos traza, que debido a su naturaleza de baja concentración, se deben usar a menudo sistemas analíticos para detectarlos. Lo peligroso, es que estos materiales se lleguen a mezclar con concentraciones más importantes. El plomo, cadmio, cromo, níquel, mercurio, entre otros, son los ejemplos más fehacientes de los elementos traza, que suelen originarse en procesos de combustión o manufactura metalúrgica.
Por otro lado, están aquellos denominados compuestos orgánicos traza, que también son de baja concentración y son derivados de cetonas, aldehídos e hidrocarburos aromáticos. Estos también conformarían una parte preponderante en el conformado total de partículas contaminantes que puede haber en un entorno industrial o en grandes urbes. Es esencial detectar todo eso para posteriormente depurarlos a través de sistemas nebulizadores industriales o similares.
Es normal que en los inventarios de emisiones de alguna ciudad, no se identifique cabalmente la composición del material particulado emitido constantemente hacia la atmósfera, a través de las fábricas, combustión y otros procesos. Es por ello, que se deba requerir personal y equipo especializado, para determinar los tipos y concentraciones en cada zona de una región.
Como ejemplo está la CDMX, que en periodos anteriores, mediante dichos equipos especiales, se han podido identificar concentraciones importantes de calcio, azufre, sulfato y sodio. Otros detectados fueron compuestos de amonio y nitratos, originados de la quema de biomasa, así como fuentes principales y secundarias urbanas.
No por nada, en grandes ciudades del mundo, se han empezado a implementar medidas de sanitización y purificación ambiental, con ayuda de cañones nebulizadores industriales de alta capacidad, sobre todo en áreas donde hay concentraciones elevadas de contaminación, por la acción de fábricas y procesos industrializados.
El tipo de fuente es importante para determinar la especie química que predomina en cierta región, con sus medidas en micras, por lo que resultará en partículas gruesas, finas o ultrafinas, dependiendo de lo que arrojen los resultados analíticos. Por lo regular, en los últimos años, se ha identificado que en el mundo, las partículas por debajo o igual a las 10 partes por millón, vienen en forma de cloruros, sílices, polvos minerales, hierro, calcio, sodio y aluminio.
Mientras que el material particulado por debajo del 2.5 partes por millón, suelen formarse a través de plomo, cadmio, carbón negro, carbón elemental y orgánico, nitratos, amonio y sulfatos.
Es esencial saber que muchas de estas partículas, poseen la habilidad de permanecer por más tiempo, dependiendo del tamaño de estas. Si bien las lluvias y sedimentaciones, suelen remover cantidades importantes de partículas contaminantes, la realidad es que también existirán partículas por arriba de las 20 partes por millón, que permanecerán suspendidas por horas. Los que pueden durar días son aquellos contaminantes con medidas de entre 2 y 3 partes por millón, pero los que definitivamente pueden durar semanas, son aquellos que miden entre 0.1 y 1 partes por millón, como las famosas partículas Aitken.
Para evitar postraciones de estos compuestos dañinos en grandes edificios, es importante que haya una limpieza constante de estos, desde sus mismos techos, con sanitización y uso de nebulizadores industriales. Si no se tiene bien limpia esa parte, es más probable que se filtren las partículas indeseables dentro de los ductos de ventilación y extracción.
